Según la nutricionista Agustina Murcho, los antojos no se pueden evitar. Y esta es la razón: los alimentos son recuerdos, placer, olores, momentos vividos. Ya conocemos lo que es, por ejemplo, un chocolate, y si nos gusta, claramente va a haber un antojo.
“No podemos evitar tener ganas de comer cierto alimento, y el evitar comerlo cuando se nos presenta el antojo sólo hará que venga un descontrol posterior. Lo que le hace mal a nuestro organismo es el exceso. Si nos prohibimos, comeremos en exceso. Un alfajor no hace mal, comerme 15 porque me prohíbe, claramente hará mal”, explicó. Y luego precisó qué es lo que hace mal al organismo:
1- Un mal hábito
2- La restricción
3- La obsesión
“Para reconocer el límite entre el permitido y el exceso hay que identificar el momento en el que uno llega a sentirse mal. Esto es: tener distensión abdominal, cuando te das cuenta de que no puede parar”, remarcó.
Sin embargo, para no tener excesos es mejor sacarnos de la cabeza la palabra permitido, ya que suena a algo malo, a esperar ese día para transgredir; y así se genera el descontrol. “Cuando uno sabe que puede comer, no va a comerse 12 medialunas, se comerá 2. Obviamente que el descontrol tiene como causa otros factores, pero acá estamos hablando de la restricción previa”, evaluó.